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jueves, 14 de marzo de 2013

Capítulo 3 Gale


 -¿Quién me espera?
Sonríe, pero no dice nada y se echa a un lado, dejando la entrada a la cocina libre.
Cuando abro la puerta veo a una chica rubia, con el pelo suelto en amarillentos rizos, con los ojos azules mirando al suelo, cuando me ve sonríe.
 -Hola Gale, soy Delly Cartwri...
 -Sí, se quien eres -interrumpo. Esa chica que siempre estaba con Peeta ayudando a los demás. ¿Qué demonios hace aquí? -¿Qué quieres?
 -Emmm... yo... ehhhh... -genial, como siga en este plan terminamos mañana -se lo que piensas de Peeta.-
¿Sabe lo que pienso?¿Es adivina? Bueno, veamos que sabe que pienso.
 -Ven. -salgo de la cocina y la llevo fuera, a cinco metros de mi puerta me paro y la miro a los ojos. No dice nada.
 -Te escucho.
 -Ah, ya. Peeta... no es como tu piensas. Él nunca haría daño a Katniss.
 -¿Y por qué no haría eso?¿Por encima de su vida?
 -Sí
 -¿Por qué? -baja la mirada y la centra en una hormiga que intenta mover una hoja como 20 veces más grande que ella y con un susurro dice:
 -Porque siempre ha estado enamorado de ella.
 -¿Qué?
 Me mira y sonríe tristemente.
 -Desde los cinco años, muchas veces me ha hablado de ello, y te tiene envidia, pensaba que eras su primo o algo así.
 -Ah -vale, no me lo esperaba, pero, ¿por qué debería creerla? aparte que que es una niña inocente que nunca ha mentido a nadie. Dios.
 -Bueno... eso quería decirte, no te preocupes por Katniss, ella... -se le rompe la voz cuando va a terminar la frase- estará a salvo con Peeta. -parpadea fuertemente y se va corriendo.
Me quedo ahí parado, sin saber que hacer o a donde ir, intentando digerir lo que acaba de pasar. Pasado un rato decido ir a casa y cuando llego me encierro en mi habitación y me tumbo en la cama mirando al techo. Intento no recordar nada de lo que ha pasado hoy, pero es imposible, las imágenes aleatorias vienen solas a mi cabeza, Effie sacando la papeleta de Prim, Katniss subiendo al escenario, Peeta subiendo después de Kat, Prim gritando... y ahora Delly. Por más que me esfuerzo en no dormirme me pesan los párpados y finalmente el sueño me vence.

Me despierto con Katniss en la cabeza, y recuerdo que tengo que mantener a dos familias. Voy al baño y me echo agua en la cara para despejarme; decido no perder más tiempo y voy al bosque.
Atravieso La Pradera, y veo a los mineros de camino a las minas y recuerdos de mi padre llegan a mi mente, era muy pequeño cuando le perdí y casi no recuerdo nada de él. Salgo corriendo de allí, hoy no quiero pensar en nada, ni en Katniss ni en mi padre.
Miro las trampas que coloqué ayer con Katniss; encuentro tres conejos y cinco ardillas. Recojo algunas fresas y preparo las trampas para mañana.
La caza no ha sido gran cosa, pero hoy no tengo ganas de hacer nada.
Salgo del bosque, y me dirijo al Quemador, necesito cambiar, por lo menos, tres ardillas a cambio de algo de dinero, azúcar y jabón para mi madre. Tomo una sopa de Sae y voy a la casa del alcalde a vender las fresas que recogí.

Me quedo paralizado en la puerta de su casa, y recuerdo que Katniss y yo siempre íbamos por la puerta de atrás. Cuando llamo a la puerta me abre un hombre que me dice que el alcalde no está y cuando me dispongo a salir Magde asoma la cabeza por el pasillo y se lanza a mis brazos.





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